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Niñas y niños

¿Cuándo buscar ayuda del psicólogo especializado en niños/as?

Seguramente, los progenitores son quienes están en una mejor posición para reconocer cuando su hijo/a tiene un problema. El saber si ha venido con la edad y se irá con la edad o si requiere ayuda profesional ya les resulta más difícil.

En primer lugar, hay que explorar, sin presionar, sobre el porqué de una dificultad, preguntando al niño por sus sentimientos y sus explicaciones sobre lo que le está ocurriendo, lo que le preocupa o quisiera que fuera diferente.

En segundo lugar, habrá que ver si las dificultades están presentes en otros contextos o cuáles son las observaciones de otras personas, como maestros/as, canguros u otros miembros de la familia.

Desde el momento en que los padres reconocen la existencia del problema hasta que deciden buscar ayuda puede pasar un tiempo variable, en el que el problema puede ir angustiándoles hasta desbordarles, de manera que no pueden ser eficaces, pueden convencerse de que no hay problema, o bien sentirse culpables.

Muchas veces, un conflicto en un niño puede reflejar un problema familiar. Algunas situaciones en la familia, como la separación, divorcio, enfermedad crónica, conflictos de pareja, alcoholismo o abuso de drogas, pérdida de un familiar o del trabajo, pueden ocasionar un estrés añadido a miembros de la familia y una necesidad de adaptarse a la situación.

La psicoterapia puede ayudar a la familia a afrontar la crisis de manera más efectiva y adaptativa.

A continuación, expongo una serie de signos que si persisten durante mucho tiempo podrían indicar que el niño/a o bien la familia podría necesitar una intervención psicológica:

En niños/as hasta los 6 años:

  • Llora excesivamente.
  • Dificultades con el sueño o pesadillas repetitivas.
  • Miedos o preocupaciones excesivas, ansiedad.
  • Problemas de conducta en la escuela.
  • Pega, da patadas o muerde a menudo a los compañeros.
  • Desobediencia, agresividad y provocador con los adultos.
  • Pataletas por cualquier cosa.
  • Hiperactividad sin finalidad (mueve pies, se retuerce en el asiento, juega con el lápiz…) más marcada que los niños de su edad.
  • Se arriesga de forma persistente.
  • Dificultades excesivas en separarse de los padres.

En niños/as de 6 a 12 años:

  • Tristeza, se aísla.
  • Explosiones de rabia frecuentes.
  • Conducta autodestructiva (se hace daño o realiza cosas peligrosas).
  • Cambios en los hábitos del sueño y de la comida (por exceso o por defecto).
  • Pérdida de peso sin explicación médica.
  • Quejas continuas de dolores físicos (dolor de barriga, cabeza…).
  • Dificultades para hacer amigos o mantenerlos.
  • Bajada en el rendimiento académico.
  • Se agobia con los problemas cotidianos.
  • Hiperactividad sin finalidad (mueve pies, se retuerce en el asiento, juega con el lápiz…) más marcada que en chicos/as de su edad.
  • Se arriesga de forma persistente.
  • Desobediente, agresivo y provocador con adultos.
  • Hurtos, juega con fuego, amenaza con irse de casa.
  • Pataletas por cualquier cosa.
  • Mentiras frecuentes.