Divorcio

“A  mí no me puede pasar”.  El divorcio es una realidad y le puede llegar a cualquiera.

Los mitos del divorcio contribuyen a vivirlo con mayor malestar emocional:  El divorcio es anormal.  El divorcio rompe las familias. El divorcio destroza a los hijos. Divorciarse es fracasar. Divorciarse es carísimo y significa iniciar una guerra, magnificar los pequeños incidentes y convertirlos en abuso, violencia etc.  El divorcio enloquece…

El divorcio no es una situación puntual sino un proceso, una transición en el ciclo vital de la familia, que engloba una serie de acontecimientos estresantes que producen cambios en la vida cotidiana de los distintos miembros, como la reorganización familiar, repensar la economía familiar, cambios de domicilio o iniciar un procedimiento legal. Atendiendo a estas situaciones se habla de divorcio emocional, divorcio físico, divorcio económico, divorcio legal. Cada uno sigue un ‘tempo’ distinto y se pueden influir.

La adaptación a esta transición en el ciclo vital se consigue cuando has podido establecer un estilo de vida e identidad independientes del que tenías durante la relación de pareja.

Dependiendo de qué puerta llames cuando busques ayuda profesional, puedes tener un buen o un mal divorcio.